Las instalaciones de energía solar térmica, se amortizan en un espacio de tiempo medio, dependiendo de la magnitud de la instalación (entre 5 y 10 años) y se adaptan fácilmente a las instalaciones convencionales ya existentes.
La amortización del sistema solar es inversamente proporcional al consumo, es decir, cuanta más agua caliente se consuma más rápidamente se amortiza la inversión.
La vida útil de los sistemas de captación térmica es de 20 años